VI Domingo de Pascua (A) 2020
Bien
mediado el tiempo pascual, la liturgia nos vuelve a recordar en los domingos 5º
y 6º palabras de pronunciadas en la sobremesa de la última cena.
Por
lo que hemos escuchado, en estos temas, el orden de los factores sí altera el
producto… qué es antes el amor o el cumplimiento de la observancia.
Conocemos
perfectamente la teoría, el cristianismo es la religión del Amor, la Cáritas,
pero cuantas y cuantas veces nos conformamos con el cumplir, el hacer cosas,
obramos, pero el sentido profundo nos falta o a veces parece que se nos olvida.
Si me amáis, cumpliréis mis mandamientos…
Este es el mandamiento principal… La ley entera se resume en: amarás al Señor
tu Dios, con toda tu alma y todo tu ser y al prójimo como a ti mismo…
Creer
no es simplemente cumplir, y menos cumplir por cumplir. Una máquina, un
autómata puede cumplir, hacer algo a la perfección y por cumplir no se salva,
no ama; por amor murió y resucito Cristo para nuestra salvación.
Quien
descubre a Jesús y le deja entrar en su vida, y dar sentido a su vivir, y entra
en relación profunda con él, y lo ama y sigue desde su nivel –cualquiera- de
compromiso cristiano, eso es creer, eso es amar... los mandamientos, su
cumplimiento, son pura consecuencia.
La
fe, como el amor, no se puede imponer.
Cuesta
entenderlo, aunque cuando se entiende no cuesta vivirlo. Así le ocurrió a
Felipe –a quien hemos visto en la primera lectura- predicando y haciendo muchos signos y milagros, siendo portador de alegría para todo el pueblo… El mismo
Felipe que el domingo pasado le decía a Jesús a medio discurso: …muéstranos al Padre y nos basta… sin
saber lo que pedía, sin haber entendido gran cosa del momento que estaban
viviendo y de las muchas horas pasadas cerca de Jesús.
El
Paráclito, el Defensor, aquel a quien el
mundo no puede recibir porque no lo conoce.
Es
el Espíritu que promete Jesús en el Evangelio, quien realiza estos cambios,
quien da sentido, quien está siempre con nosotros, …porque mora en vosotros y está en vosotros…
Esta
es la promesa de Jesús, esta es la fuerza, esta es nuestra esperanza.
Dentro de poco el mundo no me verá, pero
vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo
estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros…
Ven
Espíritu Santo, habítanos, renuévanos, da sentido a nuestra vida.
Un
recuerdo especial para cuantos sufren en sus carnes la pandemia del Covid-19:
enfermos y difuntos, sus familiares; personal sanitario y de seguridad;
trabajadores de centros clínicos y gerontológicos; los sin trabajo o sin
medios; los que viven solos o tristes; los que no ven una salida esperanzadora…
por todos nuestra oración.
Feliz Domingo
Hechos de los Apóstoles 8, 5-8. 14-17
Salmo 65 R/. Acamad al Señor, tierra entera.Primera Carta de san Pedro 3, 1. 15-21
San Juan 14, 15-21
Fr. J.L.
Pentecostes (1732). Jean II Restout
Museo del Louvre (París)