sábado, 20 de agosto de 2016

Adiós Javier, A Dios te encomiendo


Hoy el blog, alberga una homilía especial. Intensa como cada día, pero cargada de humanidad terrena, soportada por la fe solida y profunda. 


Decir "Adiós"... A Dios te encomiendo, con el amor de quien siente en sus carne la pérdida y consuela el dolor de su corazón en la ternura de la fe.


Dios no hace distinciones –nos decía San Pablo en la primera lectura- acepta a todo aquel que vive en la justicia.

Javier decía que no creía, pero luego pedía a la yaya que encendiese velas a la Virgen del Carmen para esto o aquello. Hay, por lo menos, tantas formas de vivir la fe como colores en una tienda de pinturas.

En su última noche organizó este día, con la misma ilusión con la que desmontaba un coche. Pidió una misa corta y alegre –para contentar a una parte de la familia-, una fiesta con Saltando Charcos, el reparto de sus cosas…

Javier eres un capullo. Uno no se puede morir con 27 años y para colmo, me has dejado la peor parte del reparto.

Dicen que “como se vive se muere” y aquí tenemos un ejemplo: vivió con ilusión de niño en todo lo que hacía y con la misma ilusión se ha ido. Se pueden vivir 27 años y haberlo vivido todo y haberlo vivido bien, disfrutado y compartido. Javier se ha ido disfrutando de la vida y así ha aceptado la muerte.

Tus órganos no se han podido aprovechar en la vida de otros, pero por lo que hemos visto estos días, tanto en el hospital como ayer y hoy, ocupas un lugar importante en muchos corazones. Recordaremos tu alegría, tus ganas de vivir, tus manos tenazas, tus abrazos rompe-huesos, tu disfrutar siempre, tu ilusión en todo.

En la casa de mi Padre hay muchas estancias. “Si hay cielo…estaré con el abuelo” decías hace dos noches. Muchos de los presentes creemos que hay cielo y creemos en un Dios que es todo misericordia, más madre que profe, más caricia que castigo, más fiesta que duelo.

Dichosos vosotros benditos de mi Padre, porque tuve hambre y me disteis de comer, desnudo y me vestisteis, en la calle y me hospedasteis.

Será difícil olvidarte. Javier, descansa en paz.

Fr. José Luis y hoy, como siempre, tu tío.
(Homilía del hermano José Luís en el funeral de Javier Efigenio Martínez Galiana )



3 comentarios:

  1. Amplitud de miras en las distintas formas de las personas que no dicen tener fe y si la tienen; tal vez más que los que decimos tenerlas.
    Emoción, ternura, humanidad, misericordia, amor... es lo que desprende una despedida de tio y sobrino a la par que una profunda fe y esperanza. Gracias José Luis por semejante regalo en momentos tan difíciles, tan amargos.

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  2. Gracias. Gracias por saber estar a pesar del dolor. Rezo por toda la familia, por ti que eres parte de mi vida, por tu madre y la madre de Javier. Ya estará con el abuelo, en el cielo. Javier ahora, reza tú por los tuyos.

    Paloma

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  3. Javier, ya estas con el abuelo, como tú decias. Ahora, eres tú quien puedes ayudarnos. Gracias Jose-Luis por tus palabras. Gracias.

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