XXIX Domingo del Tiempo Ordinario (B)
El
escalafón humano es direccional y diametralmente opuesto al escalafón
celestial. Lo que aquí es subir allí es bajar. Lo que aquí es crecer allí es
disminuir. Lo que aquí es prosperar allí es retroceder. lo que aquí es crecer
allí es disminuir, lo que aquí es pérdida allí es ganancia. Lo que aquí es dar
la vida allí es recibirla.
Santiago
y Juan, como los otros diez, siguen viviendo desde lo humano, por más que Jesús
hable de "otro reino", porque su Reino, no es de este mundo.
¿Sois capaces de beber el
cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a
bautizar?» Contestaron: «Lo somos.» A
los apóstoles no les falta ímpetu, tampoco arrogancia y bastante ambición.
Hoy,
por desgracia, seguimos encontrando más de lo mismo en la sociedad, en la Iglesia , en nosotros mismos.
Los cargos suelen ser cargas, rara vez escaparates de lucimiento. Para que un
brillante quede bien tallado y luzca en todo su esplendor hay que romper muchos
cristales antes. Aun así ambicionamos puestos para nuestro lucro y lucimiento,
no para servir.
El
Papa Francisco insiste a tiempo y destiempo, y además da ejemplo cumpliendo la
palabra evangélica sin glosa ni adorno: el
que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea
esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan,
sino para servir y dar su vida en rescate por todos. Dar la vida no por el
cargo, sino por los servidos, por los de abajo.
Sabéis que los que son
reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen.
Vosotros, nada de eso. El
Evangelio no va por ese camino. En el Evangelio no hay tronos, ni siquiera
sillas, hay gente en camino, buscadores y servidores, vida en movimiento como
el agua que donde llega lleva vida. Testigos que no pueden callar su experiencia
de vida, que son impulsados a compartir y comunicar el gozo del encuentro con
el Resucitado en sus vidas. Id y
proclamad lo que habéis visto y oído, no "sentaos aquí, a mi diestra y
a mi siniestra".
Id y proclamad lo que
habéis visto y oído. y beberéis el cáliz que yo he de beber, y os
bautizareis con el bautismo con que yo me
voy a bautizar.
Fr. J.L.
Isaías 53, 10-11
Salmo 32, 4-5. 18-19. 20 y 22
R/.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
Hebreos 4, 14-16
Marcos 10, 35-45
No hay comentarios:
Publicar un comentario