XII Domingo del Tiempo Ordinario (B)
Parece que las lecturas bíblicas
propuestas para la liturgia eucarística de este domingo nos dicen que llega el
verano, nos hablan del mar, el lago, el agua.
Muchas veces se habla del mar desde el
Génesis hasta el Apocalipsis a lo largo de la Biblia. Muchas veces como el
lugar dónde Dios muestra su poder contra el propio impulso del mar o como
herramienta para defender a su pueblo u ofender al adversario (creación,
liberación de Egipto, Job, Isaías, Habacuc, salmos...) El mar es lugar y tiempo
de prueba (Job, apóstoles, Miqueas, Apocalipsis...)
El libro de Job nos habla del mar, un mar
personificado, creado y criado por la mano grande y poderosa de Dios. Los de
tierra adentro hablamos de "el mar" los de costa de "la
mar". La mar en femenino se presenta como más cercana, más protectora, más
nutricia, más respetada, más poderosa. Pero a ese mar con todo su poder y
fuerza es Dios quien lo crea, lo educa, lo amansa. El Mar es imagen del mal
controlado por el bien-Dios.
Como el mar que con sus olas purifica las
arenas de las playas así es Cristo con nosotros. Por su pasión y cruz hemos
sido muertos y resucitados con él; no es necesario que cada uno pasemos por la
misma purificación. Cristo ha hecho nuevas todas las cosas en sí, nos ha
renovado, regenerado, hecho renacer. Por eso nos apremia el amor de Cristo; una vez nos encontramos con Cristo
nuestra vida no puede seguir siendo la misma. cristo salva, cristo cambia,
Cristo da vida, Cristo da sentido.
Y... Cristo duerme. Y los apóstoles que se
han cruzado con Cristo, y le han seguido, y han visto las obras que realiza, y
caminar a los cojos, y ver a los ciegos, y hablar a los mudos, y ver a los
ciegos, y resucitar a los muertos, y salir peces de donde no había pesca, y
repartir y comer un pan que no tenían... esos mismos apóstoles temen por sus
vidas por que Cristo duerme... y el mar se embravece. Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?... ¿Por qué sois tan
cobardes? ¿Aún no tenéis fe?
Una almohada,
un miedo, una palabra poderosa, una cuestión de fe. Cuatro ingredientes difíciles de combinar en un mar alterado.
Confianza y fe... recurrentemente, domingo tras domingo, salen a nuestro
encuentro. Si Cristo está con nosotros ¿por qué temer?
Fr. J.L.
Job 38, 1. 8-11
Salmo 106, 23-24. 25-26. 28-29. 30-31 R/. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia
Segunda carta a los Corintios 5, 14-17
Marcos 4, 35-40
Segunda carta a los Corintios 5, 14-17
Marcos 4, 35-40
Cristo dormido en su barca (1900) Jules Joseph Meynier
Museo Municipal, Cambrai, Francia
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