domingo, 30 de octubre de 2016

Un Dios amoroso

XXXI Domingo del Tiempo Ordinario (C)


Zaqueo, un personaje casi infantil, que nos enseña su oración en tres tiempos...

Zaqueo es un personaje cuanto menos curioso; poderoso desde el tener a la vez que buscar, y éste es el primer movimiento, "buscar". Zaqueo quiere ver a Jesús, lo busca, lo persigue, lo pre-sigue y, aun cuando siendo grande es pequeño, no le importa adelantarse a la gente y subirse a una higuera -un árbol a su medida, bajito como él- con una inocencia y descaro pueril.

Zaqueo busca a Jesús y Jesús se le encuentra de frente -segundo movimiento- el que busca encuentra; Zaqueo baja enseguida porque hoy tengo que alojarme en tu casa. Si no tuvo reparo de subirse a un árbol, puedo imaginar el salto desde las ramas con la misma candidez.

Y el tercer movimiento en dos facetas: la alegría de recibir a Jesús y el cambio de vida en lo que a sus "teneres" nos relata el Evangelio. Y curiosamente, primero da a los que no debe, la mitad de mis bienes se la entrego a los pobres; Y después a los que podría deber: Y si de alguno me he aprovechado...

Y un solemne final con calderón: Hoy ha entrado la salvación a esta casa.

Podríamos ver la actitud de "los otros" que critican a Jesús por entrar a quedarse en casa de un pecador, pero para qué... ni hacen ni deja hacer... el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido si se deja encontrar.

Este Dios buscado y encontrado en el relato de Zaqueo es el mismo que nos describe la primera lectura, un Dios para todos, que no puede no querer lo que ha creado por y con amor; que corrige poco a poco, hasta con ternura, dando siempre tiempo y espacio, sin violentar, dando una nueva oportunidad para volver a Él. Un Dios amoroso.

El salmo 144 es la respuesta coherente de la criatura a su Creador-Criador, un Dios-Bendición.

La misma idea nos recuerda san Pablo en la segunda lectura, que en todo y por vuestra causa sea honrado nuestro Señor Jesucristo. En la honra que le damos somos honrados por Él.

El día del Señor es y será. Vivamos como sabiendo que el Señor está cerca, sin prisa pero sin pausa. Vivamos como Dios quiere, como Dios nos quiere.

Feliz día del Señor.


Sabiduría 11, 22-12, 2
Salmo 144 R/. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.
Segunda carta de san Pablo a los Tesalonicenses 1, 11-2, 2
San Lucas 19, 1-10


Fr. J.L.


Cristo y Zaqueo (1913). Niels Larsen Stevns
Museo de Arte Danés (Randers, Dinamarca)

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