sábado, 4 de febrero de 2017

Útiles en manos de Dios

V Domingo del Tiempo Ordinario (A)


Sal y luz.

Ser testigos, ser productores, ser sal y luz en el Espíritu.

Vosotros sois la luz, vosotros sois la sal... luz que alumbra y sal que sala, sois para los otros, ese es el sentido del seguimiento de Dios, de la vida en Dios, de nuestro creer en Él. No se puede ser cristiano a medias, cristiano para uno mismo, cristiano de domingo... como no puede ser sosa la sal; como no puede la luz no romper la oscuridad, o alumbra aunque sea poco o no es luz.

Ser para los otros. Ser luz, testimonio, referente, alegría, sal... y todo esto se puede resumir en una palabra: Cristo. Ser Cristo para el otro. Como San Pablo a los Corintios: su mensaje es Cristo, su palabra es Cristo, su obrar es Cristo... y él se reconoce un mero intermediario, un portavoz sin demasiados méritos, más bien débil y temeroso, torpe y pobre. toscas herramientas en las poderosas y sabias manos de Dios.

Isaías nos propone un camino que resuena a cuaresma, un recorrido que lleva al Señor por las obras que hacemos con los otros. Obras que dan frutos, obras que dan luz, obras que renuevan, obras que hacen presente al Señor.

Vosotros sois la luz, vosotros sois la sal. El Señor es vuestro brillo, el Señor vuestro sabor.

Feliz Domingo

Isaías 58, 7-10 
Salmo 111 R/. El justo brilla en las tinieblas como una luz.
Primera Carta a los Corintios 2, 1-5
San Mateo 5, 13-16


Fr. J.L.

La pesca milagrosa (1444). Konrad Witz
Museo de Arte e Historia de Ginebra (Suiza)

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