sábado, 23 de julio de 2016

Oración poderosa

XVII Domingo del Tiempo Ordinario (C)


Hoy la oración es la temática de la liturgia de la Palabra.

Orar con insistencia, con regateo, por grande que sea la culpa Abrahán insiste e insiste, regatea, Dios se deja vencer, ser ingenuamente "engañado". El justo siempre encontrará cobijo en Dios.

Cuando te invoqué Señor, me escuchaste.

Cristo es nuestro protocolo de salvación, nuestro camino de oración, la llave que abre nuestra comunicación directa con el Padre. Como un hijo trata con su Padre...

Señor, enséñanos a orar. Quizás sea bueno repetírnoslo habitualmente, repetírselo al Maestro de oración: Señor, enséñanos a orar. Y volver a escuchar: Padre, que estas en el cielo... y ser como el amigo insistente, inoportuno, molestón. Padre, Padre, Padre, Padre. Pedid, buscad, llamad...

¿Qué padre entre vosotros...? ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?

Del corazón del Padre, donde habita toda bondad, se puede obtener todo bien. De él salió el hijo, Cristo, para nosotros hermano e intercesor ante el Padre, que nos enseña y da ejemplo en una relación orante, cercana y directa con Dios.

Orar bien o mal, orar desde el corazón, desde la necesidad, desde la confianza. Dios es Padre y sabe lo que nos hace falta. A veces no da el resultado que nosotros esperamos -la oración no es matemática ni cuestión de magia-, pero antes o después dará el fruto oportuno, aunque no lo entendamos ni en el momento ni en las circunstancias precisa.

Orar con confianza de hijo, con esperanza de necesitado, con insistencia de pelma, con palabras de niño, con picardía de ladronzuelo. Orar para pedir, para dar gracias, para esquivar el pecado; orar por todo y por todos. Orar por la paz, por la confianza, por la alegría y la sonrisa, por el perdón...

Orar siempre. Padre que estás en el cielo.

Génesis 18, 20-32
Salmo 137, 1-2a. 2bc-3. 6-7ab. 7c-8 R/. Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste
San Pablo a los Colosenses 2, 12-14
San Lucas 11, 1-13


Fr. J.L.

La ceguera de los habitantes de Sodoma (1722). Charles-André Van Loo
Colección privada

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